Experiencias de viajar en moto

Cuando cumplí los catorce años me compré mi primera moto.

Llevaba un año ahorrando todo lo que podía para pagarme el carné y la moto. En ese tiempo todavía existía la licencia de ciclomotor a los 14 años, ahora creo que la han cambiado a 16.
Me costó tanto sudor que lo valoré una barbaridad y disfruté en ella muchísimo.

Íbamos todos los amigos de arriba para abajo con las motos, tuvimos líos, caídas y algún que otro accidente, pero teníamos independencia y autonomía de movimiento y la sensación de libertad que tanto ansiábamos.

A los dieciocho cambié la moto por el coche antiguo de mi padre, un seat ibiza que me regaló en mi cumpleaños.
Me saqué el carné lo más rápido que pude, subí al examen de teórico con todavía diecisiete años (y lo suspendí). Para luego aprobarlo y sacarme la práctica a velocidad de rayo.
Aproveché el coche muy poquito, porque me marché a Nicaragua a los dos meses.

Desde entonces he tenido un montón de vehículos, todos de cuatro ruedas. Pero he seguido moviéndome en moto en mis viajes, sobre todo por el sureste asiático, donde alquilaba scooters hechas polvo.

impresiones viajar en moto

Siempre tenía la espinilla de una «moto de verdad», pero en España el proceso de sacarse el carné es absurdo y costoso, lo que siempre me hacía postergar este sueño.

Hace unos añitos, estando en Nicaragua, me di cuenta de que mi carné Nicaragüense sería tan válido en España como cualquier otro, con lo que me decidí a sacármelo.

Hice los exámenes pertinentes (esto daría para un podcast entero, pues el proceso fue un chiste y estuvo repleto de anécdotas, con varios sobornos y una estafa de por medio) y me saqué a la primera todas las licencias no profesionales de conducir posibles.

Esto me permitió cumplir este sueño ahora, el de tener una moto gorda con la que poder recorrer kilómetros y viajar.

experiencia de un viaje en moto

Y esto es lo que llevo haciendo los últimos días.

Vivir viajando en moto y acampando ha sido más duro de lo que me esperaba, porque me puse enfermo y decidí hacer un parón para recuperarme.

Ahora ya estoy con las pilas cargadas y ganas de hacer kilómetros, vuelvo a la carretera y dedicaré los próximos días a recorrer con un amigo (también en su moto) el sur de Francia.
Un viaje que estoy seguro que será memorable.

En el episodio 196 del podcast Nómada Digital te explico cómo han sido estas primeras experiencias y por qué creo que NO va a ser mi manera de vivir.

¿Te apuntas?

El primer paso hacia la libertad es saberte capaz de conseguirla.
El segundo es no aceptar otra cosa.

Hasta la victoria siempre,

Carles.

PD: Sé que muchos apreciáis lo que hago en esta lista de correo y en los podcast. Gracias por haberme echado una mano en hacer que crezca.
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