¿Te has planteado alguna vez irte a vivir en una autocaravana o una furgoneta y recorrer el mundo con tu casa a cuestas?
Yo sí que me lo he planteado, muchísimas veces. De hecho, el verano pasado, estando de vacaciones en Barcelona y a pocas semanas de marcharme, me encontré con una amiga que se había hecho completamente desde cero un camión vivienda y se me metió la idea en la cabeza de nuevo.
Esta idea se fue gestando durante mucho tiempo. Quizás no vivir de manera estable y fija sobre una vivienda ambulante, puesto que me es difícil estar fijo en un solo continente, pero sí que estaría muy bien tener un vehículo vivienda con el que viajar durante los meses que estoy en Barcelona.
Nómada digital en la carretera
Se afianzó la idea en cuanto entendí mi situación encontrada de nómada digital después de que en Nicaragua se fueran al traste mis planes.
Podría viajar por toda Europa en mi furgoneta o autocaravana sin preocuparme mucho de hacia dónde, solamente necesitaría poder conectar el portátil a algún lado y disponer de internet una vez al día. Lo que se resuelve fácil con una segunda batería en el vehículo y un móvil con una tarifa internacional y muchos gigas.
Mi única responsabilidad y el detonante que me faltaba para lanzarme a la carretera.
La única responsabilidad real que tengo y he tenido yo durante los últimos 11 años ha sido la de este individuo que véis aquí abajo.

Él depende de mi para alimentarse, hacer sus necesidades y tener una buena calidad de vida. Durante todo este tiempo he procurado que tuviera todo lo que necesita cada día y voy a seguir procurándolo todos los días que vienen.
Cuando decidí regresarme de Nicaragua en junio, me lleve a Ute –así se llama mi compañero- conmigo. Ambos fuimos a parar al piso de mi madre. Aunque yo a finales de año seguramente voy a volver a Nicaragua, él ya se quedará aquí. Está mayor y el viaje en avión le hace mucho daño.
Hace unas semanas me dieron la mala noticia de que está enfermo, aunque estamos luchando contra ello, me hizo caer en la cuenta de la edad que tiene y de que, por desgracia, la vida para él es más corta que para mi.
Lo expliqué bien en esta entrada del blog . Pero ese fue el detonante que me hizo decidirme ya.
Lo que le hace feliz a él es pasar tiempo conmigo, así que vamos a pasar todo el tiempo que pueda juntos.
Me he comprado una furgoneta camperizada
El proceso de la compra ya lo explicaré detalladamente más adelante porque creo que puede ser interesante para muchos. El mercado de las furgonetas camperizadas es muy loco y hay que tener en cuenta muchísimos factores.
Yo creo que he encontrado una furgoneta muy buena por el precio que me ha costado y que cumple con todo lo básico que yo necesito. Aunque carece de baño –eso se soluciona con una botella y un cubo con bolsas-, tiene una buena instalación eléctrica, cocina y fregadero.
De motor está bien y se conduce muy cómodamente, además, puedo estar totalmente de pie adentro, aunque sí que me faltan unos cinco centímetros de cama, pero es totalmente soportable.
Esta es mi furgoneta.



Toma de contacto con mi furgoneta camperizada
Este verano quiero hacer un gran viaje por la península Ibérica. Quiero ir a ver a todos los amigos que tengo desperdigados en ella, algunos no los he visto en años y me hace mucha ilusión poder volver a verlos.
Pero antes de comenzar este gran viaje quería probar la furgoneta y ver cómo me sentía en ella, lo que podría necesitar, cosas que me faltaban, etc.
Nos fuimos una semana de escapada a conocer sitios muy chulos que no sabía ni que existían, bastante cerca de casa. Primero al Pantá de Foix, donde dormimos al pie de un castillo del siglo X restaurado espectacular.

Al día siguiente terminamos en el FIB de Benicàssim viendo en directo –y gratis- el concierto de The Killers, un grupazo que le encanta a mi pareja. Ute pudo venirse con nosotros y disfrutar del conciertazo.

Pasamos una noche en Vinaròs, el pueblo de mi pareja y uno de los sitios con más calidad de vida que he conocido nunca. Y de allí nos fuimos al Delta de l’Ebre, unas tierras de las que nunca me cansaría. Brutales en naturaleza, gastronomía y playas, además, totalmente adaptadas al turismo en vehículos vivienda, con lo que facilitan muchísimo la estancia de los que vamos sobre ruedas.
Una de las cosas flipantes que nos pasó fue que nos cayó un rayo al lado nuestro. Mientras iba conduciendo, entre campos de arroz, cayó un rayo a escasos 40 metros de nuestra posición. La luz, el estruendo y la ostia sonora que nos dio fue increíble. Yo ya había visto caer rayos cerca en Nicaragua, pero nunca de esta manera.
En total hicimos unos 765 kilómetros, poco menos de un depósito de combustible lleno. Quiero hacer otra prueba para poder sacar la relación de consumo, pero los 9,15l/100km que hizo me parecen más que aceptables para un vehículo de este tamaño.
Lo que se viene ahora sobre ruedas
Libertad de movimiento, tengo todo el tiempo libre, ningún compromiso ni sitio en el que deba estar. Como he dicho al inicio, solo necesito un poco de electricidad y un poco de internet. Estoy seguro que los siguientes meses van a ser muy productivos e inspiradores.

Una secuencia de correos a la que hemos llamado: "DÉJATE DE HOSTIAS"
Ya somos más de 7.000 personas que nos dejamos de hostias y hacemos cosas.
Me encanta la idea la aventura de. vivir larga vida y bendiciones un mimo para Ute