Alguna vez has pensado: ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Qué estoy haciendo? Esto suele pasar cuando llegas a un punto de «Burn Out» -un momento en el que te sientes absolutamente quemado por todo-. A mí me pasó, el año pasado.
Las circunstancias se desbordaron y llegó un momento en el que no podía con todo, necesité hacer un parón y entender cual es la vida que yo quiero. Para ello, necesité escribir un libro entero.
En el episodio número 9 del podcast Nómada Digital te hablo de uno de los factores que considero más importantes y comunes a la hora «de quemarse»: Organizar tu vida al revés.
Piensa en tí antes que en el trabajo
Creo que muchísimas veces organizamos nuestras vidas al revés. Primero pensamos en el trabajo y luego en nosotros, estructurando toda nuestra vida alrededor del trabajo. Para remate, muchas veces ni siquiera nos planteamos el trabajo que es, ni si nos gusta o no.
Piénsalo bien: ¿Cuánta gente conoces que está viviendo en un sitio porque le quedaba cerca del trabajo?
Si tuvieras elección ahora mismo: ¿Trabajarías y vivirías en donde lo estás haciendo?
El problema está en que una vez hemos estructurado nuestra vida alrededor de un trabajo, luego es muy muy complicado salirse de ese trabajo, aunque este deje de gustarnos, lo odiemos o incluso nos deprima.
Que tu trabajo deje de gustarte es demasiado fácil
Hay muchísimos factores que no dependen de tí y que pueden influenciar muchísimo en la percepción que tienes tú de tu trabajo. Es por eso mismo que no deberías centrar tu vida alrededor del mismo.
Aún y en él supuesto de que estés maravillado con tu trabajo, que sea lo más importante de tu vida es peligroso porque: Puede ser que tus compañeros cambien, que cambie tu jefe, que te cambien de puesto, que la empresa tenga recortes… Pueden pasar mil cosas.
Un trabajo debería ser una manera de financiar la vida que tu quieres.
Lo triste de esto es «que suene utópico», que lo leas y pienses: Si claro, ojalá se pudiere. ¡Claro que se puede! Pero es necesario parar un momento, reflexionar y entender Qué es lo que se quiere. Quizás no lo tengas de un día para otro, pero estoy seguro que si lo tienes tan claro, nadie te parará.
En mi caso, tuvo que irse todo a la mierda para hacer un alto y decir: oye, yo quiero vivir así y es de esta manera exacta como creo que voy a ser feliz. Para llegar a ello, escribí el libro «La vida que yo quiero«, que pienso realmente que te puede ayudar a tí también en este proceso. Para que veas, te voy a enseñar el último comentario que recibí sobre el libro y uno de los mas bonitos que me han hecho nunca:
«Hola Carles, anoche agarré tu libro y me entusiasmó tanto, que no dormí hasta acabarlo. Me sentí muy identificada en tu visión de ver las cosas, lo cual lo hizo inspirador. Que gran acierto haberlo comprado.
Es primera vez que hago una crítica directa al autor, y, considerando que después de leer tu libro te conozco un poco, creo que será valioso saber que para alguien fue inspirador. Yo aprecio mucho esa palabra, suelo hacer listas, de todo motivo, pero muchas son de «lo que me inspira». Incluso es un gran tema, es inspirador hablar (y leer, por cierto) sobre inspiraciones. Creo que, las pasiones, como tu las describiste, son inspiraciones grandes. Porque también las hay pequeñas y a veces somos inconscientes sobre estas, entonces reconocerlas (lo que hace interesante entablar ese tema) viene bien a esa búsqueda de felicidad.»
Pero ahora que realmente llevo la vida que quiero, que lo estoy viviendo. Aunque tengo que trabajar -haciendo lo que me apasiona-. Te aseguro que puedo decirte: «todo el esfuerzo que haya hecho, ha merecido la pena «. Tengo una tranquilidad interna brutal.

Una secuencia de correos a la que hemos llamado: "DÉJATE DE HOSTIAS"
Ya somos más de 7.000 personas que nos dejamos de hostias y hacemos cosas.
Hola Carles,
Estoy de acuerdo con todo lo que dices.
Aquí en Barcelona veo a mucha gente que, como se dice, «estira más la mano que la manga» y gasta más o se mete en proyectos que son más grandes y costosos de los que pueden llegar a abarcar.
El tema de la compra y alquiler se ha disparado un montón y no sé hasta dónde llegará…pero pasa lo mismo con casi todo. Creo que hay una sensación de querer aparentar más de los que se es, y eso lleva a algunos a saltar al vacío con los ojos cerrados sabiendo que tiene la ostia asegurada.
Yo, personalmente, con trabajo estable, reconozco que no es el sitio dónde quiero estar, lo reconozco y lo admito, pero es un buen sueldo que me sirve para pagar los hobbies que tengo:fotografía (material y demás ) y rutas de montaña (desplazamiento y lo que conlleva).
Puedo llegar a reconocer,y hace tiempo que me lo siento, que soy un «mercenario» y que trabajo por dinero porque identificarme con mi trabajo me es un poco difícil (y no lo paso mal en él).
No descarto, en un futuro, dar el salto a un sitio mejor.Canadá es un lugar que me llama muuucho la atención por su Naturaleza y su forma de vivir, pero he de hacer un «viaje de inspección» para informarme más.
Así que entiendo lo que dices y creo que hay poca gente que se lo llega a plantear conscientemente.
El que te diga que «tienes suerte» no sabe lo jodido que es llegar a estar donde estás y tener lo que tienes…¡y perder lo que has perdido!. Detrás de todo trabajo hay horas y horas metidas.
Parece que hemos filosofado demasiado je,je.
Una abraçada!