Qué hacer con mi vida

¿No tienes ni idea de qué hacer con tu vida? ¿Necesitas una ruta para planificar tu camino? ¿Entender hacia dónde estás dirigiéndote para virar hacia dónde quieres dirigirte? ¡No te preocupes, ya somos dos! Y estoy seguro de que vamos a salir de esta.

que hacer con mi vida

De hecho, este escrito es el prólogo de mi planificación de un nuevo camino, el objetivo de esto es analizar de dónde vengo, entender en dónde estoy y planificar hacia dónde quiero ir. Espero que te sirva para encontrar el tuyo propio.

Recientemente he tenido tantísimos cambios que me resulta necesario parar un momento a replantearme casi todo.

El camino que estaba siguiendo hasta ahora:

Si sigues el blog, puede que ya lo conozcas, con lo que trataré de resumirlo  bastante y tocar solo los puntos importantes. Pero es muy importante saber de dónde vengo ahora:

Mi vida iba encaminada a conseguir la libertad financiera

Vengo de cuatro años currándome mi libertad financiera. Desde el 25 de agosto del 2014 concretamente, cuando decidí que quería conseguir la libertad financiera para el 25 de agosto de 2019, no he parado de trabajar en esa dirección. ¡Y me quedé a las puertas de lograrlo este mismo año!

Trabajando duro en mi empresa de publicidad

Hasta ahora he estado trabajando durísimo en Travelguidenicaragua.com, mi empresa de promoción turística online –de Nicaragua-. Proyecto que funcionaba muy bien, aunque había que dedicarle muchas horas y me permitía vivir viajando y tomando fotos por todo el país. Esta era mi principal fuente de ingresos, vivía de ello y conseguía ahorrar suficiente. Además, me lo monté de manera que me permitiera tener 6 meses de vacaciones al año.

Vendiendo mis fotos online

Paralelamente a ello, hacía crecer mis ingresos pasivos con la venta de mis fotos online, aumentando  mi portfolio constantemente, me centré en fotos sobre Nicaragua, casi acaparando el mercado del microstock sobre ese país.

El blog de fotodinero y ser profesor online

A la vez, y a raíz de la venta de mis fotos online, metí muchísimos esfuerzos a fotodinero.com, mi blog sobre monetización de fotografías, que inicié hace tres años ya y se ha convertido en una de las referencias en castellano de la temática.

Gracias al blog, comencé a vender el curso genera ingresos online con tus fotografías que ha funcionado muy bien, está en su segunda versión en ebook y recientemente he lanzado la versión en video, por él ya han pasado más de 250 alumnos de todo el mundo.

Del blog y del curso me ficharon como profesor externo en dos academias online muy reputadas. La Escuela de Nómadas Digitales de mi amigo Antonio G. de inteligencia viajera y la academia del crack del Márketing Digital Joan Boluda. Dos referentes para mí con los que es un placer y honor trabajar.

El blog de vivedistinto.com y las mentorías

De mi experiencia en fotodinero.com y el mundo del blogging, decidí crear vivedistinto.com, que ya tiene más de año y medio de vida. Un blog mucho más personal en el que hablo de mi vida y experiencias que creo que pueden interesar a otras personas que tienen o quieren tener un camino parecido.

Hasta el momento en vivedistinto.com no había monetizado nada, aunque ya formaba parte del plan marcado. Tampoco había contemplado la posibilidad de vender servicios en lugar de infoproductos, lo que me ha funcionado genial en fotodinero.

Me lo encontré y quise probar. Una chica me contrató como mentor para crear su negocio digital desde cero.

Esa experiencia me hizo descubrir que es algo que me encanta y se me da extraordinariamente bien. Sé ayudar a los demás a establecer una estrategia correcta para llegar a un punto concreto. Se me da bien, y lo disfruto muchísimo.

Vendiendo artesanías y ayudando a una fundación

Esta parte de mi vida es más desconocida en el blog, tengo preparados algunos artículos sobre ello que todavía no he publicado. Pero es algo importante que estoy haciendo.

Hace unos años conocí a una de aquellas personas que, cuando la conoces, sabes que está cambiando el mundo hacia mejor y que debes ayudar. Él es el Tío Antonio, un valenciano que ha recorrido el mundo y que ha terminado en la Granada, Nicaragua. Donde dirige la fundación Tío Antonio. El proyecto social más bonito y con sentido que he conocido –y te aseguro que he conocido muchos-.

Con el tiempo nos hicimos amigos, Granada es el principal centro turístico de Nicaragua y un lugar al que yo visitaba cada dos meses, siempre iba a hablar con él varias horas. Me pedía consejo sobre temas de negocios y márketing digital. Y llegó un día que pasó lo inevitable: Tío Antonio, me voy a implicar en el proyecto.

Lo primero que hice fue rehacer la web y todo el entramado digital con el equipo de la empresa de publicidad. En dos días le habíamos hecho web nueva y, lo más importante, tienda online.

Después vino una idea para conseguir un ingreso extra con las visitas que tenían –las tarjetas de recuerdo de la fundación-, que fueron un éxito brutal. Lo siguiente fue crear un entramado de tiendas online en marketplaces para vender una línea de productos de artesanías, en donde además de ayudarle, tengo una participación del negocio. Y, por último, cambié mi serie de postales sobre Nicaragua –de las que ya he hecho y vendido más de 150.000 copias-  para crear las postales de las Sonrisas –nombre dado por el proyecto del Café de las Sonrisas que tiene la fundación-, donde el beneficio de las postales va a parar al café de las sonrisas y a la  fundación del centro social Tío Antonio.

Apartamento turístico en Nicaragua

Esta era la culminación para mi libertad financiera.

Después de haber hecho mucho estudio y valorado muchísimas opciones, decidí que ésta era la mejor. En ciertas zonas de Nicaragua había, hasta hace poco, una comunidad de jubilados estadounidenses bastante grande, que junto con el aumento exponencial del turismo, hacían que la rentabilidad económica de alquilar una propiedad turística en la zona fuera enorme.

Los precios de los buenos terrenos estaban subiendo cada vez más, pero el precio de la construcción –haciéndolo uno mismo- era muy bajo. Yo ya me he construido mi propia casa y tengo la experiencia de haberlo hecho, con lo que dirigir a un grupo de constructores no me suponía un gran problema. Me decidí a ello y hace dos años compré un buen terreno donde construiría dos o tres casitas de verano con la intención de alquilarlas y sacar una renta suficiente como para vivir de ello.

que hacer con mi vida

El momento en que todo cambia:

En abril de este año 2018. Lo expliqué en el artículo cuando todos tus sueños se van a la mierda y no quiero entrar mucho en ello. Básicamente, en Nicaragua se crea un conflicto social tan brutal con una especie de guerra civil express y el país queda patas arriba y sin un solo turista.

Evidentemente, eso conlleva que todo mi plan queda hecho añicos. El mío y el de otros miles de personas que lo pierden todo: tienen que cerrar negocios, emigrar, enterrar a familiares y amigos… El horror y devastación de la violencia no lo entiendes hasta que no lo vives.

Cómo me afecta a mí este cambio:

En lo personal, este contratiempo también me afecta muchísimo:

·El negocio de publicidad turística queda KO. No puedo cobrar a nadie y el 80% de mis clientes han cerrado el negocio para siempre. El 20% restante, no puede ni pagar las nóminas.

·Las postales, que iban tan bien hasta el momento, dejan de venderse también.

·Las tiendas online de la Fundación y las que tengo en los marketplace reciben un fuerte golpe que me cuesta muchísimo dinero. Debido al bloqueo de carreteras y transporte que sufrimos durante cerca de tres meses, los pedidos no llegaron y tuve que asumir el coste de la devolución de decenas de productos, que por otro lado se pierden en el limbo y tampoco recupero.

·Mis ventas de fotos online caen en picado. Había centrado muchísimo esfuerzo en la venta de fotos de Nicaragua, lo que me iba genial mientras el país seguía como foco de crecimiento turístico centroamericano. En el momento en que dejó de interesar, las empresas de publicidad dejaron de comprar mis fotos de golpe. Menos mal que tenía también fotos de otras temáticas, pero se me reducen drásticamente los ingresos de este medio.

·Mi inversión inmobiliaria pierde su valor y, además, tengo que cancelar la construcción de los inmuebles. ¡Y menos mal que me pilló justo antes de construir! De hecho, dos días después de las primeras protestas, yo estaba pagando los impuestos pertinentes para la construcción de dos pequeñas viviendas de verano y estaba buscando constructor y materiales.

·Mi plan hacia la libertad financiera queda hecho añicos. Sin turismo, no tiene sentido alguno la construcción de viviendas para alquilar a turistas. Pero es que además también pierdo gran parte de mis ingresos pasivos –la mayoría-.

Las decisiones que tomo en consecuencia a este cambio:

·La venta de mi casa: Era algo que ya tenía planificado, pero de distinta manera. Llevaba meses en negociaciones y gestiones para que a un comprador le concedieran un crédito hipotecario. Mi intención era la de venderla para trasladarnos al Sur, en una de las casas que iba a construir. Donde además tenía una buena comunidad de amigos, playa y sitios preciosos a los que ir.

Los bancos cerraron filas y dejaron de dar créditos hipotecarios a nadie. De hecho, estuvimos un tiempo en el que ni siquiera había efectivo en los bancos. El comprador desapareció.

A contrarreloj conseguí a otro interesado, al que le tuve que financiar yo mismo la compra de mi casa. Con una serie de pagos a futuro blindados por un contrato, voy a ir cobrando la totalidad de la venta en varios años. No es una buena opción, pero fue la mejor que tenía.

·El traslado a Barcelona con mi responsabilidad: Yo soy nacido aquí y cada año vengo varios meses a ver a amigos y familia. Al vender mi casa, decidí que lo mejor era mover mi única responsabilidad hacia Barcelona.

A mi fiel compañero Ute, un perro extraordinario que me ha acompañado por la vida más de 11 años. Ha cruzado el atlántico 4 veces y juntos hemos pasado por mil historias, incluso por un aterrizaje de emergencia de película en Nueva York. Ute es el ser que más he querido en el mundo. Al llegar a aquí me dieron una mala noticia y te explico su historia en la entrada “el mejor verano de su vida”.

Conseguir llegar a Barcelona fue una locura. Tramitando los papeles de Ute me encontré en medio de un fuego cruzado en una Barricada en la carretera por la que tenía que pasar. Llegar al aeropuerto representó cruzar el país de Norte a Sur a través de barricadas con paramilitares armados hasta los dientes, quedarnos aislados en Managua por más de 3 días, durmiendo demasiado cerca de donde se daban tiroteos nocturnos, cruzar la ciudad entre barricadas y hacer interminables colas en migración, cuatro cancelaciones de nuestros vuelos y una escala de más de 23 horas tirados en el suelo de Miami.

Muchos, muchísimos nervios y sangre fría. Para cuando llegamos a Barcelona, no podía más. Estaba agotado, literalmente.

Menos mal que durante todo el viaje tuve el apoyo de mi pareja en ese momento, que me ayudó muchísimo, porque solo creo que no lo hubiera logrado.

Más cambios y malas noticias al llegar a Barcelona

Al llegar a Barcelona, lo primero que hago es ir a celebrar el cumpleaños de mi madre. Ya había comprado el billete con la intención de llegar la semana anterior y al final con tanto retraso llegué solo un día antes. Con Ute nos fuimos a pasar las fiestas de Sant Joan y el cumpleaños de mi madre con la familia en la Costa Brava. ¡Bendito descanso!

Ute se enferma: Al poco de estar en Barcelona, Ute se enfermó, una infección de orina bastante grave que descubre un problema en la próstata. La veterinaria me dio una hostia de realidad: Ute es muy viejo por la raza que es.

Seguí a rajatabla el tratamiento necesario para que se mejorara y conseguimos que la infección de orina desapareciera. Ute se recuperó y decidí tomar otra acción.

Furgo camperizada para viajar por la península ibérica. Lo conté en la entrada “el mejor verano de su vida” y en “sobre ruedas se vive distinto”. Decidí que comprar una furgo y estar viajando era la mejor opción para mi y para él. Ute y yo estábamos de arriba para abajo, sin un lugar fijo pero asentados en el piso de mi madre, que nos quiere a ambos con locura. Pero donde era más difícil gestionar la situación.

Si yo quería moverme, lo tenía muy complicado. Así que decidí comprar una furgo camperizada y darle el mejor verano de su vida a Ute. Pasar todo el tiempo que pudiéramos juntos.

La primera escapada que hicimos fue al Delta de l’Ebre, fuimos los tres. Mi pareja, Ute y yo. Y disfruté muchísimo. Lo pasamos genial, estuvimos en el FIB de Benicàssim, hicimos noche en un pantano cerca de Vilafranca del Penedès, conocí sitios preciosos de mi país que no conocía.

Acabamos el viaje en la zona del Delta, de donde es originaria ella. Y me regresé solo con Ute. Aunque nos queremos muchísimo, se termina la relación. Veníamos arrastrando problemas de hacía tiempo y tomamos la decisión de separarnos.

Las malas noticias nunca vienen solas

Al poco tiempo, en una excursión por la zona del Pre-pirineo catalán con mi hermana y mi cuñado, Ute iba caminando al lado del perro de ellos y de golpe cae desplomado. Fue un shock brutal para todos, pero reaccioné muy bien –no sé por qué, pero en situaciones extremas, pienso mucho- y lo reanimamos bien, tomó agua, se recuperó y me lo cargué a cuestas unos 3 km bosque a través. Me pareció increíble lo tranquilo que estaba sobre mis hombros, sabía perfectamente que era la mejor opción que tenía para salir de aquella.

De vuelta al veterinario, lo volvemos a tratar para la infección renal y lo fui controlando, que no volviera a tener otro episodio parecido. Parece que había forzado demasiado la máquina ya que estaba muy débil.

Una vez recuperado, comenzamos un viaje por todo el norte de la península ibérica, con el objetivo de llegar a Galicia, a casa de unos muy buenos amigos de allá que también habían tenido que marcharse de Nicaragua.

Para llegar allí hicimos varias paradas y recorrimos sitios guapísimos: el pirineo aragonés, donde visité a una amiga que vive en las montañas con su pareja, el país vasco, donde comimos increíblemente bien, playas de surferos en Cantabria, Noreña, un pueblecito de Asturias donde fui a ver a un amigo fotógrafo al que conocí cubriendo las protestas de mineros en Asturias hace años y que estuvo casi un año conmigo en Nicaragua… Al final llegamos en unos diez días, estupendamente ambos, a Galicia.

En casa de mis amigos, que tienen jardín, estábamos muy bien, Ute se volvió a enfermar, empezó a vomitar sin parar durante dos días, con lo que me decidí a acelerar el regreso para ir al veterinario.

En Cantabria, en una parada que hicimos para comer, le dio un infarto al bajarse de la furgo. Con ayuda de una gente que pasaba por allí pude controlar la situación, lo calmé y fuimos de urgencias en un veterinario de un pueblo que ni recuerdo el nombre.

Le hicieron varias pruebas pero no encontraron lo que era que había causado eso, fue un sábado por la tarde. Conduje diez horas seguidas hasta que no pude más, de noche hice una parada para dormir un poco en un pueblo cerca de Huesca. La mañana siguiente, estábamos en casa de mi padre, que tiene jardín y Ute podía estar tranquilamente allí.

Por la tarde tuvo otro episodio de desmayo y el lunes a primera hora de la mañana lo primero que hice fue ir al veterinario.

Mientras esperaba para entrar al veterinario, me llamó mi madre, llorando, con la noticia de que un familiar muy cercano había fallecido. Había la policía de por medio y nosotros, como familia más cercana, debíamos hacernos cargo de la situación. –fue de locos-

De allí en adelante, fue un no parar de estrés brutal.

En el veterinario: a Ute le detectan un problema grave en el páncreas, la próstata demasiado inflamada y un soplo importante en el corazón, lo que explica el infarto y los posteriores episodios de desmayos. Seguimos con el tratamiento.

Lo tuve que dejar en casa de mi padre y coger un coche que me habían prestado para ir cagando leches a Barcelona, donde me esperaba mi madre con mi tío. Los forenses y la policía se acababan de ir cuando llegué. Tuvimos que gestionar absolutamente todo, con situaciones surrealistas a las que, evidentemente, no estás acostumbrado. No había seguro alguno, con lo que todo era súper lento y complicado. –¡es tan inmoral lo que hacen las empresas que negocian con el dolor de la muerte!-

Después de la ceremonia de funeral, volví hecho polvo a casa de mi padre, a buscar a Ute. Que estaba cada vez más débil.

Algún día tendré el valor de explicar bien como fueron y sucedieron las cosas, porque hubo momentos de extrema ternura en todo esto. Pero el resultado final es que al cabo de una semana me tocó tomar la decisión más difícil de mi vida  y pedirle a la veterinaria que terminara con el sufrimiento del ser al que más amor he dado.

Las consecuencias reales de todo esto

Evidentemente, que te pase algo así, más allá del destrozo emocional que supone, tiene unas consecuencias que hay que digerir, organizar y plantear.

La primera consecuencia evidente es que, de golpe, estoy solo en el mundo. Evidentemente que, por suerte, tengo a familia y amigos, pero el hecho es que ya no tengo ninguna responsabilidad real sobre nada ni nadie. Pero es que, además, también estoy soltero. –que no quiere decir en absoluto que busque pareja- Ya no tengo a mi novia a mi lado.

Para colmo, a quien consideraba uno de mis mejores amigos, casi como un hermano, me da la espalda en mitad de todo esto, dice que no le aporta nada bueno tanta negatividad, con lo que también pierdo a alguien importante para mí y un apoyo que necesitaba.

La segunda consecuencia de todo esto es que quedé devastado emocionalmente. Creo que no es necesario reiterarse en esto, puesto que es fácil darse cuenta del calibre del desgaste que puede suponer tanto cambio. Si hechas la vista atrás, en menos de seis meses he perdido todos los pilares de mi vida.

La tercera consecuencia ha sido la de vender la furgo. Cuando tomé la decisión la puse a la venta a través de mi Facebook y se vendió literalmente en dos horas. La saqué a un precio muy inferior al de mercado –expresamente- y se la llevó un chico de Peñíscola, que espero que pronto esté disfrutando de este vehículo tan genial. Para mí, ahora mismo suponía un problema más y un gasto innecesario.

Donde está ahora mi vida:

que hacer con mi vida

En un mal momento, es evidente. Pero no en una mala situación.

Déjame explicarme:

·Tengo ahorros. Al haber suspendido la construcción turística, guardé el dinero que tenía destinado a ello, los ahorros que ya tenía y además la entrada de la venta de mi casa. Lo que me permite ahora disponer de un colchón económico que me da cierta flexibilidad.

·Tengo ingresos suficientes, que llegan a través de mis varios negocios online, como para vivir en cualquier rincón del mundo. Aunque es cierto que ha bajado muchísimo una parte importantísima de la facturación, la diversificación me ha servido para amortizar el golpe y todavía sigo a flote. Además, la parte que me mantiene ahora son los negocios que realmente me apasionan y que hago con gusto.

·Tengo buena salud. Aunque me ha pillado un bajón bestia con todo esto, no ha pasado de un fuerte resfriado por el cambio de clima y un poco de insomnio en las noches. Por el resto, estoy bien y capacitado para ir a cualquier rincón del mundo con mis mochilas y mi cámara.

·Mi coste de vida es bastante bajo. Ahora mismo no tengo que pagar ni alquiler, ni luz, ni agua ni nada de nada. Aunque Barcelona es cara y mantenerme a aquí no es tan barato como estar en Nicaragua, no tengo ninguna factura a pagar. Con lo que tengo un margen de maniobra brutal.

·Todavía tengo la empresa en Nicaragua. Aunque el sector turístico esté en su peor momento, el resto de mis negocios online están radicados en Nicaragua, con lo que mantengo mi residencia y fiscalidad allí. Además, también tengo allí cosas menos importantes como mi coche y objetos varios que tenía en mi casa.

Hacia donde quiero que vaya mi vida ahora

Esta, amigos míos, es la pregunta del millón. Lo primero que se me pasa por la cabeza es un enorme “no tengo ni puta idea”. Pero no es cierto. Eso es producto de mi estado de frustración.

Una vez analizada la situación, sé que tengo muchas opciones a mi alcance, muchísimas más que la mayoría de la gente que conozco. Pero estoy totalmente fuera de mi zona de confort. De hecho, si te soy sincero, no recuerdo la última vez que estuve dentro de mi zona de confort.

¿Qué cosas sé que quiero hacer con mi vida ahora?

Para mí, definir objetivos ha sido siempre muy importante para mantener el foco. Autoanalizarme y entender qué es lo que quiero, qué es lo que me gusta y qué es lo que no me gusta. Creo que la siguiente lista resume lo que me gustaría hacer ahora:

  • Viajar.
  • Escribir.
  • Hacer fotos.
  • Aumentar mis negocios online.
  • Seguir siendo profesor online.
  • Tener más mentorizados.
  • Publicar un libro.
  • Ayudar a los demás / sentirme útil cambiando el mundo.
  • Encontrar de nuevo mi felicidad.

Un viaje para reencontrarme

que hacer con mi vida

La primera decisión que he tomado ha sido la de coger un avión. Hace tiempo que tenía muchas ganas de comenzar con el sudeste asiático y pienso que ahora estoy en un momento en el que me vendrá extremadamente bien viajar.

No me decidía entre Taiwán, Vietnam o Tailandia. De los tres países y sus gentes me han hablado muy bien y tengo muchísimas ganas de conocerlos. Pero al final me he decidido por Tailandia.

La balanza terminó de decantarse cuando mi amigo Alberto, del que te hablé en “el relato del viajero” me comentó que estaría a principios de noviembre por Chiang Mai, al Norte de Tailandia.

Esta ciudad del mundo la tengo marcada en mi agenda desde hace años, cuando descubrí que era punto de encuentro de muchísimos Nómadas digitales de todo el mundo. Tengo muchas ganas de descubrir la comunidad que se ha formado alrededor de ella.

Me voy por poco tiempo, apenas voy a estar un mes, pero creo que es el tiempo necesario como para conocer un poco de Bangkok y del norte de Tailandia y, sobretodo, de recargar pilas y hacer una introspección de verdad.

Objetivos para el viaje

Yo funciono por objetivos, soy así y me gusta.

Para este viaje me he marcado dos objetivos principales que los he reconvertido en uno mismo.

  • Encontrar mi camino
  • Escribir un libro

Es algo que ahora mismo necesito. Yo me siento bien cuando me siento productivo. Y marcándome un objetivo que me llene, sé que me sentiré mejor. Además, es mi excusa perfecta para entender qué es lo que quiero hacer con mi vida.

No hace falta mucha matemática para ver de qué va a ir el libro: Encontrar mi camino + escribir un libro = Escribir un libro sobre encontrar mi camino.

Nota: Escribí el libro «La vida que yo quiero» y gracias a él, encontré de nuevo mi camino. Ahora tengo claro qué quiero hacer con mi vida y cómo ser feliz viviéndola.

Voy a escribir un libro que me ayudará a encontrar mi camino y que espero que ayude a otros a encontrar el suyo. Así como lo ha sido esta entrada del blog, que realmente me ha servido como base para reflexionar sobre cómo estoy ahora y qué puedo hacer con mi vida.

Si lo veo con perspectiva, después de estas más de cuatro mil palabras que llevo escritas, me doy cuenta de que en este momento, con mi vida, puedo hacer lo que me dé la gana.

Puedo vivir donde quiera, como quiera y dedicar mi tiempo a lo que yo quiera. Lo que me falta por definir ahora es el “quiera”. Entender qué es lo que quiero.

Puede que te parezca una locura escribir un libro en un mes, más aún mientras se viaja. Pero pienso que soy capaz de ello. No es el primer libro que escribo –sí será el primero en ser publicado- y pienso que el resultado que voy a conseguir es motivación suficiente como para que le dedique el tiempo necesario.

Así que a finales de este mes de octubre, me voy un mes entero a Tailandia. De donde espero volver con un libro, muchas fotos, una gran experiencia y sabiendo cual es la vida que yo quiero.

Aplica a ti mismo esta reflexión

¿Quieres encontrar respuestas? Hazte las preguntas correctas.

Si analizas bien lo que he hecho yo en este artículo, que me ha servido muchísimo para poner los pies sobre la tierra, ha sido dar respuesta a las siguientes preguntas:

  • ¿De dónde vengo?
  • ¿Hacia dónde voy?
  • ¿Dónde estoy?
  • ¿Hacia dónde quiero ir?

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