Mi plan para llegar a la libertad financiera
“Vivir sin la necesidad de trabajar”. Esto es lo que voy a conseguir pronto.
Recuerdo perfectamente el día y el momento exacto en que nació esta semilla dentro de mí.
Subí al primer tren de RENFE que me llevaría al aeropuerto de Barcelona. Como tantas otras veces había hecho, iba a tomar un avión que me conduciría a Miami, para luego subirme a otro con destino a Managua.
Yo no sabía que en el primer tren me regalarían un ejemplar de La Vanguardia, que me vino perfecto para despertar un poco la mente. La contraportada me llamó la atención: “He ahorrado para vivir sin trabajar: ¡tú también puedes!” una entrevista que le hacían a José Castelló, el creador del libro “Vive sin trabajar”. Me pareció muy interesante lo que planteaba:
Ganar suficiente dinero durante poco tiempo para luego vivir de ello el resto de tu vida.
Subí a ese avión y regresé a Nicaragua, donde los siguientes meses iba a construir mi casa. Era el día 2 de octubre del año 2013 y yo tenía 26 años recién cumplidos.
Para ese entonces, tenía un pequeño negocio propio de temporada en Barcelona, donde pasaba el verano trabajando y ahorrando para mi proyecto. Me fui a vivir a Nicaragua de manera definitiva. Conocía bien el país desde el 2006, cuando llegué de voluntario para una ONG y no era la primera vez que trataba de trasladarme allí, aunque me tocara ir a trabajar el verano a Barcelona y sus alrededores. Con lo que ganaba en una temporada tenía suficiente para vivir en Nicaragua muy cómodamente.
El año 2013 y la mitad del 2014 fueron muy movidos para mí, construí mi propia casa, arreglé los papeles de residencia, me adapté al nuevo entorno y me trasladé, con mi perro y todo, hacia Nicaragua.
En mayo, cuando regresé a Barcelona para preparar la temporada, tenía allí esperándome el libro de José Castelló. Me lo leí en 2 o 3 noches, llevaba meses esperándolo y dándole vueltas al tema.
¿Cómo debía hacer para vivir sin trabajar?
El segundo punto de inflexión lo tuve durante la noche y la madrugada del día 25 de agosto del 2014, el día en que cumplí 27 años. La semilla que había nacido el año anterior ya estaba brotando.
Pasé toda la noche despierto escribiendo un plan de actuación. Muy prematuro y poco realista, pero que sirvió de base para el plan actual, mucho más elaborado. Consistía en dos pilares estratégicos:
- Coste de vida bajo.
- Ingresos pasivos generados por una inversión.
Coste de vida bajo
La cifra que gastaba para ese entonces cada mes en Nicaragua era ínfima. Al vivir en mi propia casa, en un pueblo de zona rural, mi coste de vida durante mucho tiempo rondaba los $150USD/mes.
Con facturas de luz, agua e internet incluidas y hiendo a comer fuera todas las veces que quería –casi cada día-. Debo reconocer que, viéndolo con la distancia del tiempo, para ese entonces, vivía sin ningún tipo de lujo –ni lo necesitaba- y que actualmente mi costo de vida es más elevado y en un futuro es probable que aumente. De todas maneras, como preveía una vida de viajes y algunos placeres, mi cálculo fue de $500USD/mensual. Lo que se traduce a $6.000USD al año, esa era la cifra exacta que me marqué que necesitaba conseguir mediante ingresos pasivos para poder conseguir la libertad financiera.
Ingresos pasivos

Después de leer el libro “vive sin trabajar” y sin haber leído nada más sobre el tema decidí que lo que debía conseguir era poner a trabajar mi dinero para que me generara esa cifra sin necesidad de hacer nada.
Previamente a mi regreso a Barcelona, ya tenía preconcebida esa idea, con lo que había ido a mi banco en Nicaragua, me senté delante del director y le expuse claramente: Quiero conseguir ganar 6.000USD al año con los intereses de mis ahorros.
¿Qué cantidad necesito?
Después de hacer muchas cuentas y plantear posibles escenarios, planteó la cifra de $120.000 dólares que rindieran un interés del 5% anual. La cifra no me pareció tan descabellada.
Ya tenía el embrión de mi plan para alcanzar la libertad financiera. Mantener un costo de vida muy bajo y conseguir generar ingresos pasivos que lo cubrieran sobradamente, lo que me permitiría llevar la vida que me diera la gana sin tener que pensar en trabajar.
Sacando cuentas y contando con que podría vender el pequeño patrimonio que tenía, consideré que, siendo realista, en 5 años podía alcanzar esa cifra que me llevaría a conseguir la libertad financiera.
Soy una persona de naturaleza emprendedora. Siempre he tratado de hacerlo todo por propia cuenta y tratar de que mis ingresos nunca dependieran de otra persona.
Las pocas veces en mi vida que fue así, fui muy desgraciado. Y tenía preparado lanzar otro emprendimiento que me permitiera generar ingresos en Nicaragua, donde permanecía la mayor parte del año con tiempo libre. Con un negocio rentable funcionando en cada lado del atlántico, acortaría el tiempo para conseguir ahorrar la cantidad que me había propuesto.
La primera decisión que tomé en mi camino hacia la libertad financiera
Otro de los momentos que tengo gravados a fuego en mi memoria.
Fue la misma mañana del 25 de agosto del 2014, mientras me estaba duchando para despejarme un poco, pues con la elaboración del plan no había dormido casi nada durante la noche y habíamos quedado para ir a comer a casa de mi padre para celebrar mi cumpleaños.
Dejar de fumar
Esa fue la primera medida radical que tomé. Durante la noche anterior me había vuelto loco tratando de conseguir encontrar algún cigarro, puesto que me había quedado sin y me ayudaban a concentrarme mientras escribía mi plan.
Como trabajaba de noche con los remolques de comida y me pasaba despierto larguísimas jornadas de trabajo –a veces de hasta 40 o 50 horas seguidas- seguidas de varias horas de conducir en el camión, fumaba muchísimo. Llevaba varios años fumando más de un paquete diario. Y hacía tiempo que tenía claro que ese hábito no trae nada bueno.
Esa mañana, mientras me duchaba, se me vino una pregunta a la cabeza.
¿Y si lo consigo y me dicen que me voy a morir de cáncer de pulmón o alguna otra enfermedad relacionada que me haya ocasionado yo mismo?
Me imaginé la cara de gilipollas que se me quedaría si, justo después o antes de conseguir llegar a la libertad financiera, me dijeran que me muero de cáncer de pulmón. Y más si es por algo que me he provocado yo mismo sabiendo que es muy malo.
Merecía la pena evitar un riesgo de enfermedad, que además no me aportaba nada bueno y de paso reducía mi costo vital. Parece una tontería, pero con un presupuesto mensual de $150 en Nicaragua, el 20% del mismo era el consumo de tabaco.
Al mediodía fui a casa de mi padre y durante la comida hice el comentario de que ese día había dejado de fumar. Y para demostrarlo, le había regalado a mi hermana y mi cuñado todo lo relacionado con fumar que tenía. Encendedores, papel de liar, filtros… Y 4 paquetes de tabaco que tenía en la furgoneta– y que la noche anterior había estado a punto de ir a buscar en repetidas ocasiones-.
La noticia pasó bastante discreta, nadie me creyó. Incluso la mujer de mi padre, exfumadora también, me dijo que no lo iba a conseguir ni de coña. Que eso era muy difícil y que había que hacerlo gradualmente, con ayudas, parches de nicotina y demás.
Mi respuesta fue tajante: No solo he dejado de fumar hoy, sino que además, he decidido que me voy a jubilar en 5 años.
El cachondeo fue monumental. Aunque sabían que, cuando me lo he propuesto, otras muchas veces he sido capaz de cosas que parecían imposibles. No me tomaron en serio.
Por la tarde, en casa de mi madre, estuvimos hablando del tema y lo comenté de nuevo. Mi cuñado y mi hermana me escucharon y entendieron que, no solo era posible, sino que era totalmente capaz de conseguirlo. No he vuelto a fumar, ni una sola vez.
A los pocos días, desarrollé la idea de mi negocio actual en Nicaragua.
Una guía turística online desde donde enseñar el país a los turistas, tanto extranjeros y nacionales y monetizarla con publicidad a pequeños negocios turísticos. Era una idea que tenía en la cabeza desde unos meses atrás. Cuando, en uno de mis viajes fotográficos en la Isla de Ometepe, se me juntaron un pequeño grupo de mochileros al ver que yo me desenvolvía perfectamente en Nicaragua. Uno de ellos me comentó:
–Deberías hacer una guía para enseñar todo esto, no sale en ningún lado y en internet no hay nada de información.
Desarrollé mucho la idea, le di muchísimas vueltas y terminé montando un negocio que, después del primer año, superó en ingresos al negocio de venta de comida que había dejado en Barcelona y que terminó opacando. Al nivel de llegar a tomar la decisión vender todo lo de Barcelona y centrarme en la guía desde Nicaragua.
De eso ya han pasado más de tres años y no me arrepiento en absoluto. He tenido muy buenos momentos con este negocio, que me permite y obliga a viajar constantemente y mantenerme en movimiento por el país. A continuar aprendiendo cada día cosas nuevas y que me ha abierto paso a crear otros tipos de negocio que me llenan y me hacen estar cada vez más cerca de mis metas.
Durante este tiempo, me he mantenido firme en mi plan de conseguir la libertad financiera para cuando cumpliera 32 años. Aunque he cambiado muchísimo la estrategia a seguir.
Mi plan actual para conseguir la libertad financiera.
Durante estos casi tres años he leído muchísimo más sobre el tema y me he formado y me sigo formando tanto como puedo para perfeccionar mi estrategia. Que tiene siempre tiene como base los dos mismos fundamentos:
Coste de vida bajo
Actualmente mi coste de vida es más alto que cuando comencé y no tengo previsto que disminuya, sino más bien al contrario. A diferencia del plan anterior, en este, el costo de vida va a ir supeditado a los ingresos pasivos que sea capaz de generar. A mayores ingresos pasivos, mayor nivel de vida.
Tengo la suerte de ser muy poco consumista, con lo que la austeridad siempre ha estado latente en mí y no es algo que me cueste en absoluto.
Generación múltiple de ingresos pasivos
El plan inicial era una locura y no tardé en darme cuenta. Confiar todos mis ahorros y la única fuente de ingresos a un banco era una estupidez enorme. Todavía más con la experiencia que tenemos todos los que hemos vivido la crisis económica mundial que se dio a mediados del a primera década del 2000 y que dejó sin ahorros a muchísima gente.
En lugar de ello, he aprendido que la creación de un sistema de múltiples ingresos pasivos es la clave para tener éxito en el camino de la libertad financiera.
Actualmente ya tengo en marcha un sistema múltiple de ingresos pasivos que me genera dinero cada mes sin necesidad de que yo interactúe y me estoy centrando en aumentarlo y darle una base suficientemente sólida como para no preocuparme de que decaigan con el tiempo y poder dejar de sostenerme económicamente en mi negocio principal.
La base de estos múltiples ingresos pasivos la he centrado en internet y no han tenido casi ninguna inversión económica inicial. Paralelamente, estoy haciendo algunas inversiones offline que me generen ingresos pasivos a corto plazo y de manera prolongada en el tiempo.
Qué hacer una vez conseguida la libertad financiera
Mi plan inicial consistía prácticamente en conseguir los ingresos pasivos necesarios y ya. Pero no había madurado suficientemente la idea del después.
Una vez obtuviera la libertad financiera ¿Qué pasaba?. Lo primero en lo que pensé era: Pues vivo viajando. Doy la vuelta al mundo o paso largas temporadas viajando.
Al poco tiempo de comenzar mi emancipación financiera, conocí a un tipo que lo había hecho. Había dado la vuelta al mundo y, aunque no tenía ninguna necesidad económica, había decidido venir a Nicaragua y montar un hostal en la mejor playa para practicar surf de Centroamérica.
En esos días conocí a mi pareja, que estaba de vacaciones con unas amigas en Nicaragua, y una de ellas le comentó:
–Pues yo si no tuviera la necesidad económica, viviría viajando.
El chico – que era unos meses más joven que yo- le contestó:
“Ya lo he hecho, he viajado por dos años, he recorrido más de 50 países a pie y en bus, hablo varios idiomas y he conocido a gente de todos lados. Ya he dado la vuelta al mundo y lo conozco bien, no me asombran tanto las cosas. Recuerdo que, al inicio de mi viaje, la primera vez que vi lava en un volcán activo, me impresionó muchísimo, la segunda me impactó, pero después de la tercera, la sensación ya no fue la misma. He subido a más de 10 volcanes activos en varios países y ya no me interesan más. Es lo mismo en distintos lugares y con diferente gente. De lo que tengo ganas es de tener mi espacio, hacer lo que me gusta y sentirme productivo.”
Esta reflexión, de una persona joven que ya había tenido esa enorme experiencia se me quedó grabada y me ayudó a entender que debía repensar esta parte de mi plan.
Como la mayoría de los emprendedores, soy una persona muy activa que constantemente está dándole vueltas a la cabeza y creando ideas y proyectos nuevos. Parar de golpe y dejar de hacerlo sería antinatural para mí y seguramente me generaría ansiedad o depresión por aburrimiento.
Generar ingresos activos que no me supongan una carga y aumentar los ingresos pasivos
Durante mi camino a la libertad financiera he creado varios sistemas de ingresos activos –los que requieren que les dedique tiempo para producirse- que me gustan, con los que disfruto.
Gano dinero con la fotografía, me encanta y no quiero dejar de hacerlo. Es más, cuando consiga la libertad financiera, seguramente dedique más tiempo a la fotografía y aumente mis ingresos activos con ella.
He creado el blog de fotodinero.com, donde enseño a ganar dinero e ingresos pasivos con la fotografía y junto dos de mis pasiones favoritas: la fotografía y escribir. Lo he monetizado y además de formar parte de mi red de ingresos pasivos, también me genera unos buenos ingresos activos cuando le dedico tiempo.
Vivedistinto.com: Además de fotodinero.com, tengo también este blog, mucho más personal, que también he monetizado y donde pienso seguir escribiendo una vez alcanzada la libertad financiera.
En este proceso he entendido que con la libertad financiera, lo único que me cambiará es el dejar de tener la necesidad de generar dinero para vivir. Lo que me llevará a destinar mi tiempo mayoritariamente a lo que me apetezca.
Creo que eso es mi definición de felicidad y este es mi plan para obtener la libertad financiera.
¿Tú ya tienes el tuyo?
¿Te gustaría compartirlo con nosotros? Escríbeme y cuéntanos tu historia. Estoy seguro que nos ayudará.
NOTA: Este texto que acabas de leer, lo escribí en el 2017, seguí trabajando muy duro hacia la libertad financiera y, justo cuando llegaba a alcanzarlo todo, sucedió algo que no había planificado y todo se fue a la mierda.
¿Quieres conocer qué pasó después con mi plan hacia la libertad financiera? Te recomiendo que te leas el artículo: El día que me tenía que jubilar con 32 años.