Vacaciones teniendo un trabajo en remoto

El concepto del Nomadismo Digital se ha puesto muy de moda. Son miles las personas que quieren ser Nómadas Digitales y que sueñan con vivir viajando por el mundo con total libertad. El punto está en que casi nunca es así, por lo menos la parte de “total libertad”.

Como creo que tengo mucho que aportar en el tema, voy a tratar de explicarlo desde mi punto de vista y bajo mi propia experiencia.

Nunca he tenido vacaciones remuneradas

Lo primero que creo que debo aclarar es que yo nunca he tenido vacaciones remuneradas. A pesar de llevar más de 15 años ganándome mi sustento –¡qué viejo me siento diciendo esto, por dios!– nunca he percibido un salario estando de vacaciones.

Incluso en los momentos en los que trabajé por cuenta ajena, si dejaba de trabajar, ese mes no entraba ni un euro a mi cuenta. Con lo que no conozco lo que es tener tres semanas de vacaciones y recibir tu sueldo igual que si hubieras trabajado.

Seguramente ese fue uno de los motivos por los que decidí que nunca más volvería a trabajar por cuenta ajena ni a ganar dinero por horas.

trabajo remoto

Cuando eres “autónomo” no te pagan las vacaciones

Pongo lo de autónomo entre comillas porque no es necesario que seas autónomo o trabajador freelance. A lo que me refiero es a que cuando trabajas por tu cuenta, nadie te paga las vacaciones.

A no ser que tengas un sueldo mensual que te asignes a ti mismo, no vas a tener unas vacaciones pagadas si dejas de trabajar. Y aunque te asignes un sueldo, el problema está en que la mayoría de las veces dejas de facturar en el momento en que dejas de trabajar, con lo que a resumidas cuentas, tampoco entra dinero en “tu empresa”.

Muchos autónomos lo que hacen es tratar de facturar mucho más durante los meses anteriores (y aumentar la carga de trabajo) para poder tener unas vacaciones durante unos días. Pero siendo conscientes de que durante aquellos días en los que no estén trabajando, no entrará dinero.

Mi experiencia siendo autónomo.

Quizás no lo sabes, pero durante unos años yo tuve una pequeña empresa de venta ambulante de comida. Remolques con los que íbamos a vender comida en fiestas mayores y discotecas de cerca de Barcelona.

Era un trabajo muy duro, aunque muchas veces bien remunerado, hacía larguísimas jornadas laborales en las que me tocaba hacer de todo: preparar, montar, vender, recoger, conducir… Muchos fines de semana empezaban los jueves y terminaban los lunes, durmiendo en una hamaca en el camión o tirado en cualquier lado.

A pesar de lo duro de las condiciones, tengo muy buenos recuerdos de aquella época y anécdotas muy divertidas. Para los lectores más modernos: tenía lo que ahora se llaman foodtrucks. En mi época eran sencillamente Remolques de comida.

trabajo remoto

Decidí tener casi medio año de vacaciones

Cuando decidí moverme a Nicaragua a vivir lo que hice fue tratar de encontrar un equilibrio en el que pudiera tener un mínimo de cinco meses al año de vacaciones. Eran muchas las razones que me empujaban a ello: Mi trabajo era muy fructífero durante la temporada de verano, pero en invierno bajaba mucho y “solo me daba un sueldo para mantenerme”, no me gusta el frío y lo que me apetecía era tratar de ganarme la vida con mis fotografías.

Trabajar medio año durante la temporada para luego tener casi medio año de vacaciones en un país tropical donde podía dedicar mi tiempo a lo que quisiera. Creo que pasé así tres años, escribí un libro (que nunca he publicado), hice miles de fotografías, me construí mi propia casa, viajé por todo el país, participé en exposiciones fotográficas e incluso volví a pasar temporadas aislado en fincas cafetaleras de las montañas del norte de Nicaragua…  Pero, evidentemente, no percibía ningún salario por ello.

Recuerdo esos momentos de genialidad creativa y de sentirme haciendo realmente lo que me daba la gana. Pasándomelo muy bien y construyendo mi vida en Nicaragua.

Más adelante tomé la decisión de conseguir la libertad financiera en cinco años, sacrificando un par de años de vacaciones, para luego estar de vacaciones permanentes. Trabajaba en mi empresa de publicidad: Travel Guide Nicaragua y lo que hacía era invertir los tiempos, puesto que las temporadas eran inversas.

De diciembre a junio trabajaba en Nicaragua para luego tener libre de julio a noviembre, tiempo que aprovechaba para irme de vacaciones en Barcelona. De hecho, los dos primeros años, compaginé la empresa de remolques de comida en Barcelona con la empresa de publicidad en Nicaragua. Aunque ganaba una barbaridad, el ritmo me mataba, así que finalmente decidí vender los remolques para centrarme en la guía online.

Durante mis meses libres aprovechaba para hacer fotos que vendía online, escribir en fotodinero.com y más tarde aquí en ViveDistinto. Todo iba muy bien hasta que se torcieron las cosas y me encontré en que tenía que decidir Qué hacer con mi vida.

Mi experiencia como nómada Digital.

Cerré la actividad de la guía online de la empresa de publicidad en Nicaragua para centrarme en mis proyectos digitales y así poder vivir viajando como Nómada Digital. Personalmente me llena muchísimo más, hago lo que me apetece y siento que aporto algo a los demás.

Ya llevo un año así, sin casa, sin lugar donde vivir, con mi portátil y mi cámara de fotos siempre en la mochila. De hecho, estoy escribiendo este artículo en una playa de ensueño en la isla de Koh Samet, en Tailandia, donde estoy con mi pareja (con quien viajo ahora), mi madre y mi tía -que han venido de vacaciones unos días gracias a unos billetes por 300€ i/v que conseguí a través de clubnomada.es– .

A pesar de estar en un paraíso tropical unos días con mi familia y mi pareja, no estoy de vacaciones. Anoche me tuve que poner a trabajar varias horas, dar soporte a los cursos, ponerme a contestar correos y preparar unas reuniones, al igual que ahora me ha dado por escribir contenido para el blog y hacer una sesión de fotos en la playa.

El peligro de no parar nunca.

Cuando eres un hombre orquestra y tus ingresos dependen del trabajo que tú hagas, es muy difícil parar del todo durante un tiempo y conseguir relajarse (estar totalmente de vacaciones). Más aún si sabes que entran correos a los que deberías contestar o puede suceder cualquier problema que necesite que seas tú quien lo resuelva.

trabajo remoto

Aunque estoy siempre viajando, visitando sitios nuevos o trate de pasar muchas horas en la playa (cuando la hay), casi nunca desconecto al cien por cien. Normalmente tengo el móvil a mano, de vez en cuando reviso el correo de las cuentas importantes y si veo que hay algo importante que me necesite, trato de resolverlo lo antes posible.

El problema de esto es que muchas veces tengo la cabeza en el trabajo aún y cuando no lo estoy. Si sé que hay una cosa importante que debe hacerse, soy incapaz de sacármelo de la cabeza hasta que lo he resuelto.

Ser un workaholic

En el mismo sentido de lo que vengo hablándote, encontramos otro de los peligros de trabajar por tu cuenta en cosas que te gusten es el de convertirte en un workaholic. Un adicto al trabajo que no sabe parar ni un momento. Ya sea por que esté haciendo un trabajo por el que sienta tanta pasión que las horas le pasen volando, o por la recompensa (dinero) del mismo.

Hay muchísimos Nómadas Digitales workaholics que a pesar de estar en sitios maravillosos y viajando perpetuamente, se pasan el día trabajando.

Tener vacaciones como Nómada Digital: Trabajar en remoto para externos.

La manera más fácil de tener vacaciones pagadas como Nómada Digital es, sin duda, la de trabajar en remoto para alguna empresa y tener tus vacaciones como las que tiene cualquier otro empleado.

De hecho, aunque son mucho menos conocidos, la mayoría de los Nómadas Digitales son de este tipo: personas que trabajan en remoto para una empresa, que tienen su jornada laboral o cumplen con sus objetivos de trabajo igual que lo haría cualquier otro empleado presencial. Lo que pasa es que los que “hacemos ruido” somos los otros, emprendedores digitales que nos buscamos la vida por nuestra propia cuenta online.

De estos últimos, el único que yo conozco que hace vacaciones de verdad es Ángel Alegre, de Vivir al Máximo. Desde hace dos años Ángel decidió que iba a tomarse vacaciones convencionales en verano y que durante el mes de agosto paraba toda su actividad. Deja todo, se va de viaje de vacaciones sin el portátil y no vuelve a mirar nada hasta que vuelve de su viaje.

trabajo remoto

Dejar de ganar un sueldo mensual y pasar a tener un presupuesto anual.

Una de las cosas que causa más estrés a la gente que trabaja por su propia cuenta y quiere tener vacaciones es el saber que durante el mes que no se trabaja, no se ganará dinero. No se tendrá un sueldo.

Personalmente es algo que solucioné hace años de manera natural y sin siquiera darme cuenta. Aunque llevo una contabilidad mensual de mis ingresos, siempre me he fijado en mi contabilidad anual.

En mi caso, sucedió de forma natural porque mis negocios tenían una clarísima estacionalidad, de manera que el grueso de la facturación se concentraba en una parte del año. Me era mucho más cómodo hacer las cuentas anualmente.

En el momento en que comencé a vivir como Nómada Digital, lo que hice directamente fue asignarme un presupuesto anual. De manera totalmente independiente de mis ingresos, en enero del 2019 me preparé un presupuesto anual de 12.000€ que distinguía en dinero para vivir mes a mes, dinero para viajar (billetes de avión) y dinero para gastos anuales (tecnología, seguros, etc.). Aparté ese dinero y lo fui administrando durante todo el año, contabilizando cada uno de los gastos que he ido teniendo.

De esta manera, desvinculé totalmente mi sueldo de mi tiempo y de mis ingresos del negocio, independientemente de lo que haya facturado o de los meses que haya trabajado. Evidentemente, mi modo vida es sostenible siempre y cuando mi negocio me genere más de lo que necesito para vivir.

Para este año 2020, me he preparado un presupuesto anual de 14.000€ que te enseño al detalle.

Mi solución a no tener vacaciones:

Trabajar haciendo lo que me gusta, siempre.

Para mí esta premisa es inquebrantable. Si no, no tendría ningún tipo de sentido esta manera de vivir.

Trato de trabajar siempre menos de lo que trabajaría en un empleo convencional y cuando no lo hago es porque he dedicado más tiempo a algún proyecto en especial que me motiva mucho, como por ejemplo cuando escribí mi libro “la vida que yo quiero” o hice el lanzamiento de clubnomada.es.

clubnomada

No tengo vacaciones de manera consciente y pre-meditada por que no creo que necesite vacaciones. Me encanta lo que hago y no me supone un sobreesfuerzo.

No necesito “tomarme un tiempo para desconectar” porque no sé estarme quieto sin hacer nada, es intrínseco, forma parte de  mi naturaleza emprendedora. Si no hago nada me pongo nervioso y sentirme productivo, inventivo o creativo me genera muchísima más satisfacción que estarme sin hacer nada.

A lo largo de mi vida, cuando he tomado largos espacios de tiempo en los que no tenía que trabajar, siempre los aprovechaba para ser súper-productivo en algo concreto: Escribir, tomar fotos, construir mi casa o trabajar voluntariamente en algún proyecto en el que sentirme útil.

No le veo sentido a parar de todo para dedicarme a no hacer nada cuando lo que hago me encanta. Solo lo puedo comprender cuando pasas la mayoría del tiempo trabajando en un empleo que no te gusta o haciendo algo que te va a quemar.

trabajo remoto

Implementar unas pequeñas vacaciones cada mes.

Prefiero trabajar menos de manera constante mientras estoy viajando visitando lugares que me maravillen y en el clima que yo quiero. Puedo compaginar el hacer excursiones, ir a la playa o visitar templos y sitios increíbles con trabajar algunas horas cada día.

Si me planteara unas vacaciones largas, sé que las aprovecharía para ponerme a escribir como loco en un libro que llevo postergando años o me pondría a editar las miles de fotografías que tengo pendientes de edición. Al final, se convertirían en lo mismo que tengo ahora: La vida que yo quiero, haciendo lo que me gusta en el lugar que me apetece.

La única necesidad real de vacaciones que podría tener:

La única pega que le veo a la manera de vivir que tengo y que me podría generar la necesidad de tomarme unas vacaciones al uso, es la dependencia que tengo de internet actualmente en mi día a día.

Si quisiera plantearme ir a algún lugar muy remoto donde no haya luz eléctrica ni internet (en Nicaragua viví una temporada en las montañas de la Dalia así), sí que necesitaría tomar unas vacaciones de todo durante un tiempo.

Por el momento es una limitación que conozco, de la que soy totalmente consciente y que me impide ir a descubrir zonas muy remotas. No me preocupa en exceso y puedo llevarlo bien. Para poder tomarme unas vacaciones así, debería poder delegar absolutamente todo lo que hago, algo que actualmente no me es posible.

¿Y tú, necesitas vacaciones? ¿Cómo crees que sería una vida en la que no necesitaras vacaciones?

formulario de suscripcion

Una secuencia de correos a la que hemos llamado: "DÉJATE DE HOSTIAS"

Ya somos más de 7.000 personas que nos dejamos de hostias y hacemos cosas.

Deja un comentario